Herly Quiñónez
El acceso a la información ambiental no sólo es un derecho ciudadano sino también un componente esencial de una efectiva política ambiental. De acuerdo al Principio 10 dela Declaración de Río:
“Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación
de la población poniendo la información disposición de todos”. Una de las
formas de alcanzar los modos de participación es a través de la divulgación de
la información entre todos los actores de la sociedad, en especial, la
vinculada con el entorno natural y artificial que afecta en la calidad de vida
de la población.
El acceso a la información ambiental no sólo es un derecho ciudadano sino también un componente esencial de una efectiva política ambiental. De acuerdo al Principio 10 de
Asimismo, en la Convención Aarhus
sobre Acceso a la
Información , Participación Ciudadana en la toma de decisiones
y acceso a la justicia en asuntos ambientales (1998), la información ambiental es definida como, de
acuerdo a Torres:
1.
El
estado de los elementos del ambiente tales como el aire, la atmósfera, el agua,
el suelo, las tierras, el paisaje y los sitios naturales, la diversidad
biológica y sus componentes incluidos los organismos modificados genéticamente
y la interacción entre estos elementos.
2.
Factores
tales como las sustancias, la energía, el ruido, las radiaciones y las
actividades o medidas en particular las administrativas, los acuerdos relativos
al ambiente, las políticas, leyes, planes y programas que tengan o puedan tener
efectos sobre los elementos del medio ambiente incluidos los análisis de
costos-beneficios y otros análisis e hipótesis económicas utilizadas en la toma
de decisiones en materia ambiental.
3.
El
estado de salud del ser humano, su seguridad y sus condiciones de vida, así
como el de los sitios culturales y de las construcciones, en la medida en que
sean o puedan ser alterados por el estado del ambiente.
En esta definición,
la información ambiental no solo está compuesta por elementos naturales, sino
que incluye áreas de la política y economía, así como de la salud y la cultura.
Todos conforman la definición de ambiente.
Contrario a lo
planteado por la Convención Aarhus ,
los medios de comunicación social, emiten mensajes aparentemente ambientalistas,
pero que están cargados de publicidad
Los medios de comunicación bombardean a la población con mensajes que llevan al creciente consumo de los productos “new age”: comidas sanas, vida al aire libre, deportes… el ambientalismo también puede llegar a ser una mercancía y las grandes empresas industriales y comerciales se apresuran a declararse rabiosamente “verdes (Reboretti, 1999, p. 54).
Fernández y Reales
(citados por Ferrer, 2003) consideran que la información ambiental tiene un
componente “de uso” fundamental y un aspecto de servicio. Puede ser utilizada
por el ciudadano, aplicada a su propio entorno, servir de instrumento para
comprenderlo o criticarlo. Afecta directamente la vida de los ciudadanos,
incrementa su conocimiento del mundo, que les informa de los riesgos, les
aumenta la capacidad de análisis, los capacita para responder ante nuevas
situaciones e introduce una variable competitiva a los medios de comunicación.
La información
ambiental ayuda a comprender elementos naturales y artificiales y explica cómo
afectan la calidad de vida de la población. Incluye componentes
administrativos, políticos y económicos y su aparición en los medios de
comunicación social reclama rigurosidad en su tratamiento a través de una
función clave como la divulgación.
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