Herly Quiñónez
Gianni Vattimo
“La Hermenéutica ha sido acusada
frecuentemente de ser una expresión extrema del irracionalismo que empapa gran
parte de la cultura y de la filosofía, por lo menos europeo-continental, de los
primeros decenios de nuestro siglo. Esta acusación proviene tanto de los
defensores del racionalismo historicista (los epígonos de Luckács, por ejemplo)
como del cientificismo neopositivista”. Así comienza el filósofo Gianni Vattimo
a responder las acusaciones en contra de la Hermenéutica en el Apéndice 2
“Reconstrucción de la Racionalidad”, publicado en el libro “Más allá de la
interpretación”.
Con este Apéndice, Vattimo contesta
a quienes han calificado a la Hermenéutica como “expresión extrema del irracionalismo”, responsabilizando de estos
señalamientos a los defensores del racionalismo historicista y al cientificismo
neopositivista, pero reconociendo que estas posiciones no son infundadas, pues existe
un riesgo de Irracionalismo presente
en las teorías hermenéuticas y en el texto lo desglosa basándose en sus acuerdos
y desacuerdos con Hans-Georg Gadamer, Richard
Rorty y Jacques Derrida.
Insta a construir a la
Hermenéutica sobre sus presupuestos originales con la noción de Racionalidad,
pero sin volver a la Metafísica. Dicha Racionalidad, llamada por Vattimo con un
entrecomillado como “Racionalidad de la Hermenéutica” o Racionalidad
Hermenéutica, rechazaría las acusaciones de irracionalismo. Dice que la
reconstrucción de una noción hermenéutica de racionalidad está ligada con la
reconsideración de la relación hermenéutica-modernidad. Sobre esta última
aseveración de Hermenéutica de
Racionalidad, propone reconstruir a la Racionalidad desde la misma Hermenéutica.
La mirada de Vattimo a la
Hermenéutica en este texto está dividida en tres apartados: El “Irracionalismo”
Histórico, la “Fundamentación” de la Hermenéutica y Hermenéutica y Modernidad.
El “Irracionalismo” Hermenéutico
El “Irracionalismo”
Hermenéutico es el primer apartado de “Reconstrucción de la Racionalidad”,
desde donde se aprecia la trascendencia del título de su libro, cuando comienza
a sostener que el ser o noción de la Hermenéutica habita más allá de la
interpretación y adquiere significaciones distintas como forma de lenguaje
argumentativo o sistemas de metáforas y no un lenguaje poético o estético.
Vattimo rechaza la relación que los detractores de la Hermenéutica le han dado
con el Irracionalismo y el Esteticismo.
Vattimo asegura que la Hermenéutica es la
capacidad para proponer argumentos públicamente reconocibles en vez de simples
intuiciones “poéticas”. Cuestiona a Rorty cuando señala que un discurso
filosófico que proponga argumentaciones públicamente reconocibles recaería
completamente dentro del ámbito epistemológico (lo que Kuhn llama ciencia
normal), mientras que hermenéutico es el encuentro con un nuevo sistema de
metáforas distante de la demostración y la argumentación persuasiva.
Sobre la interpretación que
Rorty hace sobre Derrida, expresa que su respuesta -la de Rorty- sería que la
desconstrucción derridiana es un modo ejemplar de practicar la filosofía como
hermenéutica, es decir, como encuentro y escuela de nuevos sistemas de
metáforas. Considera que Derrida no estaría de acuerdo con Rorty por ser un ejemplo
para el Irracionalismo de la Hermenéutica. Argumenta que la metáfora-guía para
la concepción de la verdad es el habitar:
decir la verdad significa expresar –manifestar, articular- lo que traería una
experiencia poética o estética.
La caracterización del Irracionalismo
hermenéutico como Esteticismo, la califica como paradójica, si se parte del
postulado de la crítica de la consciencia estética de Gadamer en “Verdad y
Método” y de ser así, habría traicionado sus postulados originarios.
Discute sobre el Esteticismo
irracionalista que arropa a la Hermenéutica Contemporánea, sobre la
desconstrucción de Derrida. Para Vattimo la diferencia entre Derrida y la
corriente principal de la hermenéutica de origen heideggeriano, es decir, la de
Gadamer, es que Derrida ha deslizado la herencia de Heidegger a lo largo de
caminos diferentes. Derrida justifica el “giro gramatológico”, donde se
enfatiza el puesto que ha ocupado la palabra “escritura” por el término “lenguaje”.
Expresa que el Esteticismo y
el Irracionalismo han asumido dos significaciones distintas: la distinción rortyana entre la hermenéutica y
epistemología, en la cual la comprensión de nuevos sistemas de metáforas se opone a la actividad
científico-normal que argumenta en el interior de un paradigma dado y aceptado.
Esa comprensión es una suerte de “asimilación” estética del mundo y en segundo lugar,
la hermenéutica en su versión desconstruccionista, parece implicar el
irracionalismo en la medida que para huir de la metafísica, rechaza toda
justificación argumentativa de su modo de proceder y de sus preferencias que
para Vattimo, poseen un trasfondo metafísico. Esto significaría –para el
filósofo- traición a sus propias premisas.
La “Fundamentación” de la hermenéutica
El filósofo italiano insiste
en este apartado sobre la construcción de la validez de la Hermenéutica y para
ello, cuestiona los postulados que en el libro “Verdad y Método” escribió
Gadamer, por no ser pertinentes como pruebas o con argumentos persuasivos y la
contradicción de seguir a Rorty para acercarse a la Hermenéutica como obra de
arte. Propone una radicalización de
“Verdad y Método” para aclarar la relación que subsiste en sus análisis
“fenomenológicos” y la reconstrucción del desarrollo de la autoconsciencia
metódica de las Geisteswissenschaften (Ciencias
Humanas) vinculada con la tradición.
Vattimo cuestiona la crítica de la consciencia estética de
Gadamer, por no discutir la “Racionalidad” hermenéutica y carecer de una “Fundamentación” de su validez, al sustentarse
en un análisis fenomenológico de la experiencia estética y de la experiencia
histórica (historiográfica). A partir de esto, señala que de ser así, Rorty
tendría razón: la única vía para “adoptar” un punto de vista hermenéutico en
filosofía parece ser la de acercarse a ella como una obra de arte, a un
universo de discurso, pero el hecho de que Gadamer no aclare la relación entre
el aspecto “fenomenológico” y el histórico de su discurso, se explica como una
aplicación insuficiente a su propia teoría a los propios principios que
pretende sostener.
La posibilidad de la
Hermenéutica para argumentarse racionalmente –según Vattimo- es la radical
consciencia del propio carácter interpretativo y no descriptivo ni objetivo,
propuestas sobre las que se basan los
historicistas y cientificistas y, las “razones” que la Hermenéutica ofrece para
su validez como teoría, son una
reconstrucción interpretativa de la historia de la filosofía moderna.
Hermenéutica y Modernidad
Vattimo propone en su último
apartado del apéndice 2 la reivindicación de la Hermenéutica como teoría para
la reconstrucción interpretativa de la historia desde la Racionalidad,
alejándose de esquemas conceptuales y reafirmando el destino de ser, propuesto por Heidegger. Expone que la
Hermenéutica es consecuencia de la Modernidad y de la racionalización
científica-técnica.
La reconstrucción de la Racionalidad
desde un punto de vista hermenéutico requiere, para Vattimo, ante todo, una
radicalización de las premisas filosóficas a partir de las cuales la Hermenéutica
se desarrolla y para ello opina que para evitar los riesgos de Relativismo,
Esteticismo e Irracionalismo se hacen explícitas las implicaciones ontológicas
del discurso hermenéutico y probando su propia validez sólo refiriéndose a un
proceso histórico del que propone una reconstrucción y la hermenéutica
reivindicaría su validez como teoría desde la reconstrucción interpretativa de
la historia como una actividad racional.
Dista a la Hermenéutica de
esquemas conceptuales, rescatando su ontología a partir de la propuesta de Heidegger
llamado el destino del ser. “Lo que se ha denominado irracionalismo de
la hermenéutica es el esteticismo que se puede descubrir en autores como Rorty
o Derrida y que constituye un riesgo también en Gadamer, al menos en la medida
que él no aclara el modo cómo la hermenéutica “prueba” su propia validez como
teoría” (p. 158).
La hermenéutica es ella
misma “sólo interpretación”, -según Vattimo-, concibiéndose a sí misma
únicamente como la respuesta a un
mensaje, como la articulación interpretativa de la propia pertinencia a una
tradición y dicha ontología se articularía con el sistema de metáforas que
hacen la posible la experiencia del mundo.
Reconoce que la Hermenéutica
es un “consecuencia” de la Modernidad más que su confutación, siendo una teoría
que trata de aprehender el sentido de la transformación (de la noción) del ser
que se ha producido como consecuencia de la racionalización científica-técnica.
“Como
teoría de la modernidad –en el sentido objetivo y subjetivo del genitivo- la hermenéutica
podría recuperar los dos sentidos de la racionalidad tenidos en la tradición
moderna, es decir, el ligado a las ciencias positivas y el ligado al
historicismo” (p. 160).
Concluye diciendo que la
tarea de la Hermenéutica contemporánea parece ser la de articular en una forma
cada vez más completa y explícita su inspiración original, lo que significa
también la tarea de corresponder responsablemente a la llamada que le llega de
su herencia.
Bibliografía referenciada
Vattimo, Gianni (1995): “Más allá de la
interpretación”. Paidós. I.CE-U.A.B. Pensamiento Contemporáneo 30. España.
Comentarios