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Mostrando las entradas de octubre, 2012

Obra Infantil de Teatro: Doña Basura encuentra su lugar

ESCENA 1 (Es una tarde nublada. Vemos a los representantes de los reinos animal y vegetal reunidos en el páramo rodeados de basura) Oso frontino (muy bravo): ¡Esto es injusto! Doña Basura nos está destruyendo. Nosotros los representantes del reino vegetal y animal del Real Consejo de la Madre Naturaleza, tenemos que vencerla. Frailejón (Disgustado y señalando a la basura): Tienes razón. Doña Basura está acabando con varias especies. Más abajo, en la zona xerofítica, donde hace mucho calor, en Lagunillas, está destruyendo a nuestro amigo el Cactus Catirito y él es único en el mundo. Cóndor (Triste): Lo que ha dicho Frailejón es cierto. El Cactus Catirito está sufriendo por Daña Basura y nosotros estamos perdiendo nuestras zonas de vida, es decir, nuestras casas. Guayacán (Camina nervioso, pero muy altivo): Desde hace muchos años Doña Basura nos ha estado molestando. Nuestra Madre Naturaleza ya no aguanta más a sus amigos Papel, Vidrio, Plástico, Aluminio y Cart

Cuento: Miércoles de Ceniza

A mi abuelo paterno Aún no lograba comprender lo sucedido. El cuerpo sin vida de su abuelo paterno yacía dentro del ataúd. El olor a cerezas que siempre impregnaba la casa grande, súbitamente había desaparecido. Ese era el aroma asociado a la casa grande, donde vivió los mejores e inolvidables momentos de su niñez. Los relatos del abuelo sobre el niño fantasma que habitaba en los corredores de la casa, invadieron su escuálida memoria y actuaron como estruendosos relámpagos en su apagada mente. Al estar allí, en la amplia sala, el temor se apoderó de ella. Ya tenía 32 años. Estando junto al ataúd, recordó cuando su abuela la llevó por primera vez al cementerio. Aún evoca sus palabras: “Esta es la casa de los muertos y debes respetarla. Al entrar debes hacerte la señal de la Santa Cruz, para que ellos te respeten y te den protección”. Desde entonces lo hace cada vez que cruza el umbral de cualquier Camposanto. Era la misma sensación. La presencia de la muerte rodea sutilme

El dilema del gato de Periodismo

Estaba sentada revisando la agenda del primer debate de la clase de Periodismo Interpretativo que es sobre la Reforma de la Ley de Ejercicio del Periodismo, cuando sentí el maullido de un gato. Al principio ignoré el sonido, pero luego fue imposible desconocer tal ruido, porque mis alumnas de Periodismo Interpretativo decidieron consultar en plena evaluación de hipótesis, el destino del felino para esa noche. Sencillamente resultó   ser el dilema del gato en clase de Periodismo. Un desespero colectivo se apoderó de la sala de redacción. Todas necesitaban buscar cobijo para el pequeño gato negro.   Alguien, suplicó: ¿quién se lleva el gato por una noche? Otra estudiante, mientras terminaba de redactar las 20   hipótesis, trataba de resolver el destino del gato. Tengo que pedir permiso, señaló. Y es que el desprotegido gato ya descansaba en los brazos de una de las redactoras, quien lo acariciaba, mientras yo seguía revisando la agenda del debate. Miré al gato y observé cómo intent